
Las contiendas mundiales se asociaban inmediatamente al Siglo XX, inclusive en los momentos en donde no se veían misiles desgarrando los cielos. En la crónica histórica del siglo no se puede eludir el relato de sus 31 años de contiendas mundiales.
La época de las contiendas mundiales
Para aquellos que ya eran adultos antes de 1914 el significado de la palabra “paz” no encajaba con el estado de cosas posterior a ese año. Esa actitud se explicaba con la ausencia, en los anteriores 100 años, de una guerra en la que hubieran intervenido masivamente las grandes potencias. Las mayores eran Gran Bretaña, Francia; Rusia, Austria-Hungría; Prusia (extendida a Alemania desde 1871), Italia (como resultado de su unificación); Estados Unidos y Japón.
Sólo hubo un conflicto bélico de corta duración con más de dos potencias: La guerra de Crimea (1854-1856) La misma enfrentó a Rusia contra Gran Bretaña y Francia.
En esos cien años precedentes los conflictos protagonizados por algunas de las grandes potencias se resolvieron con cierta rapidez. Lo que llevó más tiempo en finalizar no se encuadra como conflicto internacional: La guerra civil en Estados Unidos (1861-1865).
Entonces, las guerras se resolvían rápido. Hubo una que se dirimió en cuestión de semanas: ocurrió en 1866 entre Prusia y Austria.
En Europa reinó una paz completa entre 1871 y 1914. Pero en el Este Japón derrotó a Rusia entre 1904 y 1905. lo que empujó a Rusia hacia la revolución.
Nunca antes se había producido una contienda mundial. Como antecedentes menores, pueden citarse los enfrentamientos ocurridos durante el siglo XVIII entre Francia y Gran Bretaña y que tuvieron lugar en la India, en América del Norte, en Europa y en diversos océanos del mundo.
Sin enfrentamientos entre potencias
En el periodo comprendido entre 1815 y 1914 no hubo enfrentamiento entre potencias. Pero las potencias imperialistas (y las que aspiraban a serlo) enviaban expediciones beligerantes contra países más débiles de ultramar, como la guerra de Estados Unidos contra México (1846-1848) A esto se le suman las diversas campañas de ampliación de los imperios coloniales francés y británico.
En contadas ocasiones las fuerzas colonialistas debieron retirarse vergonzosamente, pero vale la pena su mención: los franceses tuvieron que abandonar México en la década de 1860 y los italianos se vieron forzados a huir de Etiopía en 1896.
En resumidas cuentas, todos esos conflictos aislados no alteraban directamente a la población de los estados que impulsaban el colonialismo.
Sin embargo, toda interpretación de la palabra “paz” se modificó sustancialmente con el advenimiento de las contiendas mundiales. En la Primera intervinieron casi todos los países y estados europeos (no sólo las grandes potencias)
Los estados que se mantuvieron al margen fueron Países Bajos, España, Suiza y los tres países escandinavos.
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Mario Daniel Casas