
La humanidad ya lleva muchos siglos buscando la fuente de la juventud.
Se busca la fuente de la juventud
Desde los tiempos de los supremos sacerdotes y de los alquimistas, y llegando hasta nuestros días, los sabios y biólogos se dedican a realizar investigaciones interminables con la intención de descubrir la manera de frenar el envejecimiento. A esto dedicaron vidas, siglos y grandes cantidades de oro.
Goethe reflejó en su obra más famosa el viejo anhelo humano de acceder a la fuente de la juventud al precio que sea. Fausto entrega su alma a Mefistófeles a cambio de recibir la inmortalidad.
Y aunque todavía no se alcanzó el dorado objetivo, las personas ya cuentan con una especie de juventud artificial. Porque hoy se sostiene la ilusión de mantenerse joven con prótesis dentales, tinturas para el cabello, implantes capilares y variadas alternativas de cirugía estética. Además, la medicina tradicional colaboró con sus avances en diversas áreas de la salud para que la expectativa de vida se amplíe de manera considerable, especialmente, en el último siglo.
Los resultados obtenidos por el Yoga
El Yoga, sin embargo, viene mostrando resultados concretos en cuanto a conservar la juventud, la fortaleza y una larga vida. Y sus méritos datan de mucho antes de la última centuria. Varios yogis de la actualidad superan los cien años de edad, aunque no aparentan tener más de cuarenta.
La fuente de la juventud es para todos
Si bien las prácticas del Yoga se mantuvieron secretas durante siglos, hoy en día cualquier persona puede dedicarse al aprendizaje de la disciplina, a buscar su propia fuente de la juventud. Pero es importante aclarar que los nuevos alumnos no consiguen exactamente los mismos resultados que los yogis de la India. Esto se explica por dos circunstancias: Aquellos dedicaron gran parte de sus vidas a la práctica del Yoga. Además, existe una diferencia sustancial en cuanto al estilo de vida de los maestros ancestrales en comparación con el modo de vida occidental. Aun así, los beneficios que se pueden obtener por ejercitar el Yoga, aplicando un verdadero esfuerzo, son maravillosos.
La fuente de la juventud sigue siendo esquiva para la humanidad. Pero es todavía más huidiza para quienes no están dispuestos a mover ni un dedo para hacerse de ella. Sin embargo, los que sí estén preparados para esforzarse, aunque sea un poco, dedicarán 10 o 15 minutos diarios a la práctica del Yoga para gozar de beneficios reales, que se verifiquen con el acceso a una mejor salud y a la prolongación de sus vidas.
El Yoga, amplia fuente de la juventud
El Yoga es un sistema incomparable para mejorar, a la vez, la fisiología y la psicología de la persona. Y es una disciplina tan completa que comprende no solamente las diversas modalidades de ejercicios, sino que también se ocupa de la dieta, la relajación, la rectitud del pensamiento y la meditación. En otras palabras, interviene en todos los periodos del crecimiento y del desarrollo humano, en las áreas de lo físico, mental y espiritual.
Múltiple influencia
Las actividades que propone el Yoga influyen satisfactoriamente en diversas funciones del organismo. Por ejemplo, cuando un alumno practica asanas hace mucho más que un mero ejercicio físico. Porque éstas también actúan sobre el funcionamiento de la mente. Asimismo, ofrecen un verdadero tratamiento contra los dolores de cabeza, el estreñimiento, la obesidad, la decepción, el miedo, las alergias, la tensión nerviosa, el retraso mental, etc.
El Yoga permite perfeccionar el cuerpo, nutre de paz a la mente y mejora la raza humana.
Mario Daniel Casas