Mario Daniel Casas

Hipnosis


HIPNOSIS

Algunos creen que la hipnosis cura la tensión. Pero, desde la óptica del Yoga, tal beneficio se pone totalmente en duda.

Resumen de la opinión de un yogi

Las sugestiones que aporta la hipnosis sólo influyen sobre un cuerpo maltrecho y una mente con escasa claridad. Pero el hipnotizador no alcanzará su objetivo hasta que consiga, mediante un artilugio, poner la mente de la persona en un estado pasivo. Y cuando lo logre ejercerá un control temporal, a costa de debilitarle el cerebro. Sin embargo, no ejerce un verdadero control de los centros del cerebro, sino que lo atonta temporalmente con los golpes sorpresivos de fuerza de voluntad que le propina.

El peligro de las sesiones de hipnosis repetidas

La persona que recibe la hipnosis pierde parte de su fuerza de voluntad con cada sesión. Finalmente, extravía también su pensamiento en vez de adquirir el control total de su cerebro y de sí mismo. Consecuentemente se convierte en un cuerpo desconectado de su cerebro, en un paciente más de psiquiatría.

De lo anterior se desprende que todo intento de control que no sea voluntario se torna destructivo. Por el contrario, la finalidad de cada alma debe ser la de alcanzar la libertad y el autocontrol absoluto. El ser debe liberarse de la esclavitud de la materia y del pensamiento y administrar su propia naturaleza. También se haría un gran favor si se cuidara mejor del modo en que otros lo influyen y de no provocar involuntariamente el daño hacia otro ser.

Los hipnotizadores hacen el bien, pero también el mal

Los hipnotizadores pueden beneficiar a muchas personas durante un periodo determinado. Sin embargo, dañan a las personas con la aplicación irresponsable de sugestiones hipnóticas. Porque provocan en los pacientes el mencionado estado pasivo que, a la postre, casi los priva de su alma.

Consejo

Toda persona que exija que los demás confíen ciegamente en él o que manipule a otros por intermedio de su mayor fuerza de voluntad, es perjudicial para la humanidad, aunque no sea consciente de su influencia dañina.

Ante esto, la persona debe utilizar su propio discernimiento y voluntad para autocontrolarse. Además, si se mantiene alerta, podrá desbaratar cualquier intento externo de cercenarle su libertad. De tal manera, mientras conserve su salud ninguna voluntad ajena se le podrá imponer.

El peligro de la hipnosis como entretenimiento

La hipnosis, en ocasiones, es considerada casi como un juego. Y siempre hay personas dispuestas a dejarse hipnotizar. Pero en esos momentos de diversión a nadie se le ocurre pensar en el tremendo peligro que implican tales prácticas.

Cierta vez, dos personas fueron hipnotizadas en una fiesta. Se trataba de una pareja. El hombre nunca recuperó el habla. En cambio, la mujer tuvo mejor suerte. Ciertamente, completó su recuperación gracias al Yoga, tras unas cuantas lecciones de respiración profunda y la ejercitación de técnicas de relajación.

La hipnosis nunca es tan inofensiva como para utilizarse a modo de entretenimiento. Su práctica debería restringirse a exclusivas razones médicas y sólo realizarse por un profesional de la salud experimentado.

La hipnosis inescrupulosa

Existen registros de hipnotismos llevados a cabo con la finalidad de impulsar a las personas a cometer delitos. En consecuencia, los hipnotizados se hallaron en tal estado de indefensión que no tuvieron control sobre lo que hicieron. Y luego de cometer los delitos tampoco fueron capaces de recordar sus actos.

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Mario Daniel Casas