
Los yogis descubrieron los maravillosos efectos de la respiración profunda mejorando el Prana en el cuerpo y en la mente del ser humano. Luego, crearon pacientemente un sistema detallado de respiraciones.
El Prana
Dicho sistema da comienzo con la respiración profunda más sencilla, cuyo objeto es el de mantener la salud del cuerpo, y termina con un tipo de respiraciones extremadamente complejo, denominado “pranayama”. El pranayama tiene como finalidad la de despertar las fuerzas potenciales de todo hombre.
“Prana” significa aliento, energía absoluta; “yama” es retención, pausa. En síntesis, el pranayama consta de ciertas maneras de inhalar y de exhalar el aire y de retener la respiración.
Según los yogis el Prana es la energía cósmica de la vida y se halla en la atmósfera en forma de fluido. El Prana también está presente en la luz solar, en el agua, en el alimento y en toda forma de vida, es decir, tanto en el hombre como en la bacteria, tanto en los minerales como en las plantas.
La existencia de la gran fuerza vital no sólo era conocida por los antiguos yogis de la India, sino que también se sabía de la misma en las originarias escuelas ocultistas de Egipto, Grecia, Tibet y China. El libro del Génesis ya mencionaba cierta misteriosa energía: “Neshemet Ruah Hayim” lo que significa “El Aliento (o Espíritu) De Vida”.
Los yogis dicen que sus ejercicios de respiración controlada elevan el grado de circulación de Prana en el organismo y que se logra una mayor absorción del Prana cuando la mente participa en los procesos de respiración.
El exceso de Prana se acumula en el plexo solar, el cual funciona como una batería que produce energía en el cuerpo humano.
El puente
El aire atmosférico, impregnado de Prana, es una fuerza de vida. La respiración profunda es una suerte de puente que permite la comunicación entre el Prana de la atmósfera y el Prana del organismo. Gracias a este “puente” el oxígeno que ingresa al cuerpo es más poderoso, se torna capaz de revitalizar los tejidos y las células envejecidas y, consecuentemente, rejuvenece a todo el organismo.
Por lo tanto, no se trata de una simple respiración. La respiración común es la que se auxilia con un tanque de oxígeno, en caso de emergencia. En cambio, la respiración profunda no puede reemplazarse con ningún otro artilugio.
La respiración profunda y rítmica suele formar parte de la primera lección del yoga porque es la base de todas sus lecciones.
Este modo de respirar es altamente provechoso porque alimenta y purifica el organismo, fortalece sus defensas, suaviza las emociones, relaja, calma los nervios, provee estabilidad mental, buena memoria y claridad de pensamientos. También conduce al cuerpo a alcanzar su peso saludable, tanto si necesita ganar peso como cuando debe adelgazar.
Entrando en el ritmo del Prana
Según los yogis la respiración profunda y rítmica pone al ser humano en el “ritmo del Universo”.
Todo lo que tiene vida y se mueve tiene también ritmo. Este concepto engloba a los planetas, las estrellas, La Tierra, los mares, los insectos, los animales y los seres humanos. Se trata de convivir en armonía con el resto de la naturaleza. Para ello, el hombre debe conservar su ritmo individual. Si no lo consigue, la persona pierde el equilibrio en su salud y queda expuesto a la irritabilidad, a la hipertensión y al nerviosismo y puede sufrir alguna enfermedad mental.
En las ciudades de la civilización moderna el ritmo individual de las personas corre peligro. En éstas, frecuentemente los tiempos son reducidos para toda actividad. Además, el ser humano se ve envuelto en las influencias trastornadoras de incontables vibraciones opuestas, lo que repercute en la alteración de su ritmo personal. En ocasiones, las vibraciones de una persona son tan fuertes que pueden influenciar positiva o negativamente a todo un grupo, a toda una sociedad o a todo un país.
Los yogis controlan, desde tiempos inmemoriales, su respiración rítmica y con ésta establecen sus ritmos individuales. Protegen y defienden el propio ritmo contra las influencias perturbadoras.
Algunos de los beneficios de la respiración profunda
Un desaparecido director de orquesta, que aprendió este modo singular de respirar, recomendaba su práctica a otros directores de orquesta o de coros y a todos los músicos y artistas que tuviesen relación con el uso del ritmo.
Indra Devi, profesora de yoga, solía comentar que la respiración profunda la ayudó a superar sus mareos y el temor a presentarse en público.
Indra, también contaba que una de sus alumnas sufría ataques de pánico que no le permitían conducir un auto ni caminar sola por la calle. Luego de tres meses de practicar esta respiración recuperó por completo su vida normal.
Una cantante de nombre Aileen Carlyle comenzó a sufrir de pánico escénico. Pocos meses después de implementar la práctica de la respiración profunda volvió a desenvolverse ante su público de manera satisfactoria, volviendo a demostrar todo su talento sin trabas de ninguna índole.
Una explicación sencilla
Retomar un estado saludable es posible cuando, al mismo tiempo de realizar esta diariamente esta técnica de respiración, se adopta una actitud mental correcta. En otras palabras, cuando se practica debe imaginarse que, junto con el aire que se aspira, ingresan también en el organismo todos los valores y las cualidades que se desea adquirir, sea lo que sea que se pretenda conseguir: salud, coraje, fuerza, confianza en sí mismo, amor, tranquilidad para la mente, etc.
Al momento de exhalar el aire, debe imaginarse que se está expulsando del cuerpo todo lo perjudicial: la enfermedad, el miedo, el odio, la inquietud, o lo que ya no se quiera en la vida personal. Si se procede así, todos los días, al cabo de unos pocos meses, se obtienen resultados increíbles.
No está de más hacer hincapié en que la rutina mencionada aporta un gran sentimiento de confianza en sí mismo. Y torna mucho más simple exteriorizar capacidades y talentos. Además, infunde una corriente de nueva energía en el ser humano.
Peligros
El yogi que intenta alcanzar el estado de iluminación utiliza el Pranayama, la meditación y otras prácticas secretas y esotéricas. Las instrucciones presentes en “Yoga para todos” no intentan conducir a tales aprendizajes. Aquí recomiendo, con todo el énfasis posible, que NADIE intente aprender por sí mismo ni el Pranayama ni las demás prácticas superiores del Yoga. Podrían implicar consecuencias muy perjudiciales para un hombre o una mujer occidentales, alejados de todo el entorno imprescindible para su desarrollo.
El Pranayama requiere, para su correcto aprendizaje, estar en un ambiente adecuado, cumplir una dieta singular, y llevar una vida extremadamente ordenada. Para empezar, el alumno primero debe aprender posturas preliminares del Yoga, bajo la atenta mirada de un maestro experimentado y honrado.
El Pranayama no debe aprenderse por las instrucciones de un libro.
El maestro debe ser competente y honrado.
En el proceso de aprendizaje no existen los atajos ni las instrucciones abreviadas para las etapas superiores del Yoga.
El yogi se forma con instrucción severa y con disciplina rigurosa.
El 10% de los occidentales que se atreven al aprendizaje del Pranayama obtienen resultados desastrosos.
La enseñanza del Hatha Yoga goza de total seguridad pues se centra en los ejercicios más simples de la respiración profunda y en las “asanas” (posturas)
La técnica de la respiración profunda
Los preparativos necesarios
Esta respiración especial debe ser practicada en una habitación bien ventilada.
No debe intentarse con el estómago lleno.
No debe utilizarse ropa ajustada ni fajas.
Lo ideal es hacer el ejercicio utilizando la Postura del Loto. Si no se puede adoptarla con comodidad hay otras opciones:
Sentado sobre alfombra, esterilla o colchoneta con las piernas cruzadas.
Sentado sobre una silla con las manos sobre las rodillas. En ambos casos la columna vertebral debe mantenerse erguida.
Y si no se puede mantener la espalda derecha será más provechoso respirar profundo de pie.
Por último, quienes están obligados a guardar cama deben tenderse rectos, boca arriba.
El ejercicio paso a paso
Contraer levemente la garganta (cerrando parcialmente la epiglotis) e ir aspirando el aire lentamente, manteniendo la boca cerrada. Se oye un leve silbido o soplo que se origina en la parte de atrás de la garganta, lo cual indica que se lo está haciendo del modo correcto. El pecho no debe levantarse mientras se está aspirando. Permitir que el tórax se expanda hacia los costados.
Ahora exhalar lentamente el aire, oyendo el mismo sonido producido por la garganta, mientras se contrae el tórax y se mete hacia adentro levemente el estómago.
Esa fue la primera respiración profunda. Si se sintió la presión de la inhalación y de la exhalación en la parte de atrás del paladar y de la garganta significa que se hizo bien.
No debe resoplar por la nariz. Cuando se contrae demasiado la garganta el sonido correcto se transforma en ronquido. Eso también es un indicativo de estar haciéndolo de manera incorrecta (así se distiende y se cansa la garganta)
Serie de cuatro
Ahora sólo debe repetir lo que acaba de aprender. Hará un total de cuatro inhalaciones con sus cuatro exhalaciones. Eso es todo para la primera vez. A esto lo llamaremos serie. Y se ejecutarán, en total, tres series durante un mismo día, en los horarios que se desee.
Ahora nos referiremos al ritmo: Para que la respiración se ejecute con el ritmo más correcto, es decir, el ritmo individual, deben colocarse los dedos en el pulso de la muñeca y sentir su palpitación varias veces: 1-2-3-4 – 1-2-3-4.
Ahora, con las manos sobre las rodillas, comenzar el ejercicio contando mentalmente cuatro latidos de pulso mientras se ingresa el aire y otros cuatro mientras se libera el aire.
Nota: No aumentar la cuenta de las palpitaciones cuando se respira. Debe fluir e manera suave, no con violencia cuando se hace la cuenta mental.
Cuando se ingresa el aire hay que visualizar que se inspira aire fresco y puro, verlo cómo va llenando los pulmones y visualizar cómo el buen oxígeno llega al lugar del cuerpo que necesita ser curado.
Durante el primer mes se debe continuar con la misma cuenta: 4 para inhalar, 4 para exhalar. No debe añadirse ni una sola pulsación más hasta que el procedimiento pueda realizarse con completa soltura, sin esfuerzo. Este periodo tal vez ocupe un poco más que cuatro semanas. No es necesario apurarse.
La primera semana se harán cuatro respiraciones profundas por vez. La segunda semana podrán realizarse cinco respiraciones profundas por vez. Y en lo sucesivo se irá sumando una respiración profunda por vez cada nueva semana, hasta alcanzar un total diario de 60.
Si el ejercicio se practica correctamente su salud general tomará un nuevo y notorio impulso.
Recomendación básica sobre el manejo del Prana
Se debe considerar a este tipo de respiración rítmica y profunda como un ejercicio. No se debe intentar respirar así todo el tiempo
La práctica diaria de la respiración profunda va mejorando, también, la respiración de la persona durante todo el día, incluyendo mientras duerme y mejorando su Prana.
Mario Daniel Casas