
El ayuno se conoce y se practica desde tiempos remotos. Es un método eficaz para curar los desarreglos físicos y los trastornos mentales. Todas las religiones invitan a practicarlo para purificar el cuerpo y el alma.
No comer, temporalmente, desintoxica y cura
Según la Biblia, Cristo ayunó cuarenta días. Lo mismo hicieron Moisés, Buda, y Mahoma, entre muchos otros. Los yogis afirman que no comer por un tiempo fortalece el espíritu, debido a sus poderosos efectos sobre la psiquis.
En la antigua Grecia ya existía un templo que albergaba a los ayunantes. Los hombres de estado que deseaban abstenerse de todo alimento solían retirarse en ese templo antes de tomar una decisión importante.
Es un procedimiento natural que puede seguir el cuerpo humano para recuperar su salud. En la misma naturaleza un animal enfermo no come. Pero sí lo hace el hombre. El comer mientras se tiene fiebre es contraproducente, porque las glándulas que intervienen en la digestión no funcionan normalmente. En las circunstancias de la enfermedad el alimento ingerido produce ácidos, gases y sustancias en descomposición que envenenan al paciente. La consecuencia más visible que le acarrea la comida al enfermo es que la cura se retrasa. Tanto la leche como los caldos son un extraordinario medio de cultivo para las bacterias. Y en estas condiciones sólo fabrican elementos tóxicos para el organismo.
Cuando el ser humano se ve sometido a un gran dolor o a trastornos emocionales de suma intensidad también debe suspenderse la alimentación. Se ha comprobado suficientemente que los enfermos que ayunan se recuperan en la mitad del tiempo que les toma a quienes no siguen este procedimiento sanador.
Podría implementarse como método terapéutico. Obtendría resultados maravillosos entre los internados en manicomios.
¿Ayunar implica morirse de hambre?
Un mito bastante común es el de creer que interrumpir temporalmente la ingesta de alimentos es morir de inanición. En la afirmación se hallan dos sentidos que son muy diferentes: Por una parte, practicarlo durante un cierto periodo consiste en no comer a modo de cura, porque el cuerpo ya no digiere de manera correcta. Lo de “morirse de inanición” es dejar de comer cuando el organismo necesita el alimento.
El miedo es un factor que debe ser tenido en cuenta porque suele marcar la diferencia entre la vida y la muerte. Una persona enferma que se deja dominar por miedo puede fallecer en cuestión de días. Por el contrario, mucha gente que logra desterrar al miedo de su mente, adquiere la capacidad de interrumpir su ingesta de comida uno, dos y hasta tres meses. La diferencia se encuentra en el estado mental de cada quien.
En el extremo opuesto a lo saludable se hallan los que se mueren de inanición por haber comido demasiado. Esto suele ocurrir cuando los procesos de digestión y metabólicos de las personas que comen mucho se ven expuestos a una actividad exagerada. En estas condiciones, mientras más alimento excesivo se ingiere, menos alcanza a nutrirse el organismo. Y cuando el cuerpo se satura de toxinas todo alimento comienza a convertir se en veneno, debido a su descomposición anormal. Ésta es la forma menos divulgada de la inanición.
¿Cómo reacciona el organismo ante el ayuno?
La sabia naturaleza del cuerpo humano, ante la privación de alimentos, activa un mecanismo por el cual se obliga a consumir y a transformar las sustancias de su interior que son menos esenciales para su funcionamiento. En otras palabras, el organismo elige consumir todo tipo de acumulaciones saturadas (incluyendo la grasa) que encuentra dentro de los tejidos, glándulas y órganos. En este momento, el organismo aprovecha para deshacerse de materiales que no permiten el normal funcionamiento de la máquina corporal.
El ayuno suele ofrecer soluciones duraderas a quienes padecen de enfermedades crónicas como, por ejemplo, la artritis.
De todas maneras, quienes padezcan enfermedades graves, no deben cortar su alimentación sin contar con la aprobación y el control de un médico, porque podrían aparecer síntomas que necesiten de un cuidado profesional. Paralelamente, también existe un gran grupo de personas que ayunan sin sufrir complicaciones de ninguna índole, quienes mantienen una sensación de bienestar a todo lo largo del proceso.
Upton Sinclair, autor de “Cura por el Ayuno” describe maravillosos resultados observados en la práctica.
El ayuno: Caso del señor Richard Fansel
Este extraordinario ejemplo da cuenta de una persona que dejó de comer cuando su peso era de más de 135kg. Tres meses después su cuerpo pesaba 60 kg menos.
Sinclair se enteró de las bondades del método cuando llegó a sus oídos el caso de una mujer que había estado muy enferma antes de disponerse a tal restricción de comida. Esta persona sufría de ciática, reumatismo agudo, desarreglos intestinales crónicos, depresión, debilidad nerviosa y un catarro crónico que le provocó sordera. La señora se benefició sorprendentemente con esta práctica, dado que se curó por completo. Su estado general de salud fue excelente desde entonces.
Tratando de ser correcto, tal práctica no debería considerarse como una cura en un sentido medicinal. ünicamente se trata de una orden que recibe el organismo para limpiarse, para liberarse de impurezas y de sustancias nocivas. En términos modernos, si se tratara de una computadora que no funciona como lo hacía originalmente, estaríamos describiendo el efecto restaurador de “correr” un antivirus.
Otros efectos positivos derivados del ayuno
Ayunar también es contribuir al rejuvenecimiento del cuerpo humano. En el aspecto externo, la piel también se beneficia porque recupera belleza. El cutis adquiere un tono atractivo.
Un especialista en ayunos de China se puede decir que volvió a la vida mediante una extensa serie de ayunos prolongados de veinte a sesenta días cada uno. En cuanto a su estado general de salud no arrojaba un buen pronóstico. A raíz de un accidente se fracturó la columna vertebral y varias costillas. Después de muchas operaciones quedó en cama por más de un año. Ya no tenía esperanzas de recuperar plenamente su salud. Fue entonces cuando llegó a sus manos un libro sobre esta solución milenaria. Leyéndolo, recuperó la esperanza. Quiso ayudarse con la técnica expuesta en sus páginas porque ya no tenía nada que perder.
Y desde esa determinación su salud y su vida comenzaron a cambiar para bien: al octavo día pudo levantarse de la cama. Durante el día de ayuno número doce ya pudo dar un breve paseo. Y con el paso del tiempo se curó por completo. Quienes llegaron a conocerlo afirman que no tenía ni una sola arruga en la cara a la edad de 60 años.
Los tips del especialista de Shangai
La primera condición para llevarlo a cabo es contar con un ambiente agradable.
Quien ayuna debe rodearse de personas que comprendan las ventajas que proporciona su ejercicio.
La cercanía de amigos y de familiares en ocasiones es contraproducente porque temen un mal desenlace y le transmiten el miedo a quien ayuna. El miedo puede estropear todos los buenos resultados que pudieron obtenerse.
Se debe respirar aire puro y estar expuesto a una temperatura constante que no sea ni demasiado fría ni excesivamente caliente.
Es necesario aplicarse un enema diario por la mañana.
La saliva no debe tragarse porque se contamina con las sustancias tóxicas que el cuerpo está desechando.
No limpiarse la lengua cuando se cubra de sarro.
La acidez producida por la saliva en la circunstancia del ayuno es nociva para el esmalte dentario y se torna contraproducente lavarse los dientes.
Enjuagarse la boca en distintos horarios del día con agua mezclada con vino blanco, pero no tragar ese líquido resultante.
Sólo tomar durante el día tres, cuatro o cinco vasos de agua en pequeños sorbos.
Se puede agregar el jugo de limones frescos.
Continuar cumpliendo con las actividades normales sin incurrir en excesos.
Los tres primeros días suelen ser los peores. Es normal que se presenten ligeros mareos y que se tenga apetito a las horas habituales. Pero después desaparece el apetito.
Durante la primera semana suelen aparecer palpitaciones suaves, las manos y los pies se enfrían, pero son señales consideradas normales y que no debieran ser motivo de preocupación durante esta práctica.
La vuelta al alimento debe ser gradual y cuidadoso. Estos días son más importantes que el mismo ayuno. Debemos evitar cólicos u otros trastornos serios.
Indra Devi
El siguiente es el proceso que solía utilizar Indra Devi para retomar la ingesta de comida. Sólo debe tomarse como referencia porque cada persona que ayuna debe personalizarlo y perfeccionarlo según sus propios gustos y lo que le sienta mejor según su propia experiencia.
Antes de terminar su abstinencia de alimentos, ella mastica un pedazo de pan negro con sal, pero no lo traga. Después bebe un poco de agua. Un rato después toma en pequeños tragos el jugo de una naranja. Una vez que transcurre una hora vuelve a hacer lo mismo. En el almuerzo y en la cena toma una taza de caldo enteramente vegetal y colado, sin sal. Por la tarde bebe el jugo de una naranja.
En el día posterior agrega un poco de vegetales al menú anterior junto con cinco cucharadas de manzana machacada para la cena.
En el tercer día come una rebanada de pan tostado integral y vegetales hervidos (esto para almorzar) Para la cena ingiere una verdura hervida, una zanahoria rallada y fruta.
La ingesta de leche y de sus derivados lo incorpora en el sexto día.
Recién en el día número 30 come huevos. Ella aconseja que durante este día los consumidores habituales de carne y de pescado pueden volver a incluirlos en su ingesta.
Más tips
Otras personas que no son tan rigurosas recuperan la ingesta de sus alimentos de costumbre apenas pasa la primera semana.
Si quieres superar una enfermedad no cortes el ayuno hasta que tu lengua recupere su color natural y la saliva deje de ser amarga. Pero tampoco se trata de extenderlo indefinidamente, eso está claro.
En ocasiones, el cuerpo de quien ayuna exhala un olor desagradable. Esto ocurre porque el cuerpo elimina toxinas a través de los poros de la piel.
La pérdida de peso durante el proceso no es una señal de alarma para nadie. Luego del mismo el cuerpo recuperará el peso que necesite.
La maestra de Yoga Indra Devi ayunaba en las primaveras sólo para purificarse. No la motivaba la enfermedad dado que su salud era formidable.
Para tener en cuenta
Los tres primeros días son los peores. Es normal que así sean.
No debes hacerlo si no estás completamente convencido de que vas a beneficiarte. Y cuando te decidas a comenzar asegúrate de contar con un ambiente agradable.
Durante su práctica no olvides que debes aplicarte un enema todos los días.
Antes de emprender el ayuno haz una dieta consistente en comida liviana y abundante líquido.
Mario Daniel Casas