Mario Daniel Casas

Guerras mundiales: cómo influyó la Primera sobre la Segunda


GUERRAS MUNDIALES

El factor común en ambas guerras mundiales fue la velocidad de la invasión.

La Primera Guerra Mundial

La estrategia alemana durante la primera contienda global consistía en derrotar rápidamente a Francia y después desplegarse con igual velocidad hacia el este, para vencer a Rusia, para que el imperio del zar no tuviera tiempo suficiente para organizar de manera eficiente su vasto ejército. Este plan relámpago constituía la única oportunidad para Alemania. Y casi tuvo éxito. El ejército alemán invadió Francia por diversas rutas. Una de ellas atravesó la Bélgica neutral. El invasor recién fue detenido a orillas del río Marne, a escasos kilómetros al este de París.

Las trincheras en el frente occidental

Ambos bandos (los franceses apoyados por unos pocos belgas y por muchos británicos) establecieron un frente constituido por fortificaciones defensivas y trincheras paralelas que se extendían desde la costa del Canal de la Mancha en Flandes hasta la frontera suiza. Quedó en poder alemán un extenso territorio que comprendía la parte oriental de Francia y Bélgica. Estas posiciones casi no variaron durante los tres años y medio siguientes.

Tal fue la localización de los bandos que se conoció como “frente occidental”. Los resultados de tanto tiempo de enfrentamientos fueron nefastos, superando a todas las cifras de bajas provocadas por guerras anteriores. Los hombres que combatían en este frente se contaban por millones. Se resguardaban tras parapetos conformados por bolsas de arena.

Las guerras mundiales repiten la historia

Durante las guerras mundiales los generales no se conformaban con el estancamiento de las posiciones e intentaban avanzar. El medio que utilizaban para lograrlo era siempre el mismo: un bombardeo previo para ablandar al enemigo. La artillería los realizaba incesantemente durante periodos que podían comprender días o semanas enteras. Para protegerse de los estallidos de las bombas, el enemigo se veía obligado a protegerse en refugios subterráneos. Cuando llegaba el momento oportuno una orden lanzaba oleadas de soldados por fuera de las propias trincheras. El terreno que separaba a los bandos estaba colmado de cráteres producidos por obuses, que luego se inundaron, barro, troncos de árboles caídos y cadáveres abandonados. Los atacantes que lograban sortear los obstáculos y las balas se lanzaban contra los nidos de ametralladoras, con poca fortuna.

Consecuencias de la Primera Guerra Mundial

En 1916, entre febrero y julio, los alemanes fracasaron en su intento por romper la línea defensiva de Verdún. Fue un enfrentamiento de dos millones de soldados. Dejó el saldo de un millón de muertos. Para frenar a los alemanes en Verdún los británicos atacaron Somme. Allí perdieron la vida 420.000 de sus soldados.

Tanto para los franceses como para los británicos la primera guerra mundial fue más terrible y traumática que la segunda guerra mundial. Podría decirse que aquel “frente occidental” los marcó a fuego. Sólo la tercera parte del ejército francés resultó ileso al final de la gran guerra. El resto o perdió la vida o sufrió mutilaciones o invalidez o heridas que les dejaron horribles secuelas. Gran Bretaña perdió medio millón de hombres menores de 30 años, una generación completa.

Estadística de bajas

Los números de bajas más importantes de la primera guerra mundial fueron:

Francia: 1.6 millones

Gran Bretaña: 800.000

Alemania: 1.8 millones

Estados Unidos: 116.000

Tales cifras demuestran a las claras la crudeza de esta conflagración mundial.

La contienda dejó, además, otros saldos: Aquellos que fueron reclutados a la fuerza para participar de la misma y que sobrevivieron desarrollaron un profundo odio hacia la guerra. Lo contrario sintieron quienes vivieron la experiencia de experimentar el valor y de sobreponerse a la muerte. En ellos, creció un sentimiento de superioridad, sobre todo frente a las mujeres y ante los que no habían participado de la lucha. Esa actitud fue el germen de los grupos ultraderechistas de posguerra y de hombres como Adolf Hitler.

La Segunda Guerra Mundial

En el campo de la política, los gobiernos de los países democráticos entendieron que sus representados no soportarían otro baño de sangre como el ocurrido entre 1914 y 1918. Esta determinación influyó claramente en la estrategia que plantearon tanto Francia como Gran Bretaña a partir de 1918. En Estados Unidos sucedió algo similar tras la guerra de Vietnam.

Cuando estalló la segunda guerra mundial y el frente occidental volvió a establecerse, los alemanes vencieron. Ocurrió que Francia fue incapaz de luchar una vez que sus defensas fueron vulneradas. Por su parte, a Gran Bretaña le sucedió otro tanto porque quiso evitar un enfrentamiento terrestre masivo, capaz de producirle un número de bajas tan tremendo como el que sufrió durante la “gran guerra”. Para el nuevo escenario bélico los gobiernos eligieron salvar vidas en sus pueblos. Y poco les importó la cifra de soldados caídos perteneciente al bando enemigo. Las guerras mundiales se repitieron en esta última consideración.

La bomba atómica

En 1945 el concepto de salvar vidas propias a cualquier costo fue adoptado por Estados Unidos para justificar ante el mundo la utilización de la bomba atómica en Hiroshima y Nagasaki. En realidad, el uso del poder atómico no fue determinante para el triunfo de los aliados. El fin de la contienda ya se avizoraba y Estados Unidos necesitaba demostrar su máximo poderío bélico para que Rusia no reclamara un botín importante.

Las guerras mundiales dejaron en claro que la humanidad aún no es capaz de extinguir sus enfrentamientos, a pesar de ostentar la tenencia de armas nucleares y de haberlas usado.

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Mario Daniel Casas