Mario Daniel Casas

La mente contra el cuerpo


LA MENTE CONTRA EL CUERPO

La mente contra el cuerpo es una situación mucho más común que lo que se cree. Sin embargo, lo contrario también ocurre. Porque cuerpo y mente se influyen recíprocamente.

La tensión y sus tres variantes

La tensión en el ser humano es un modo notorio que tiene su cuerpo de reaccionar ante situaciones mentales. Y lo manifiesta a través de su sistema nervioso central. Pero no se trata de un único tipo de tensión, sino que existen tres variantes. Éstas son la tensión física, la mental y la neuromuscular.

En qué se diferencian las tensiones y cómo se relacionan

La persona presenta tensión física cuando le ocurre una contracción muscular originada por su actividad laboral o por un esfuerzo exigente en la práctica deportiva. Pero si el deportista, por ejemplo, permite que la tensión se extienda en el tiempo, aquella se transformará en tensión neuromuscular. Y una vez alcanzado tal estadio se activa un círculo vicioso: los nervios no se relajarán porque los músculos siguen tensos; los músculos no podrán relajarse porque los nervios tensionados no se lo permiten.

La mente contra el cuerpo y el cuerpo contra la mente

Diversos estudios psicológicos demostraron que cuando el cuerpo se encuentra bajo tensión física le ocurre lo mismo a la mente. Ciertamente, una persona afectada por tensión física actúa con inquietud e impaciencia. Y también se comprobó la situación inversa, es decir, cuando en la mente hay ansiedad, el cuerpo se tensa.

Por otra parte, la tensión mental se origina en el pensamiento mismo y desemboca en tensión nerviosa, o neurosis, causada por emociones opuestas.

Pero los seres humanos no sabemos cómo desprendernos de nuestras preocupaciones. Y esta indefensión permite que las tensiones nos agredan en el plano corporal bajo la forma de tensión neuromuscular. En otras palabras, tanto los nervios como los músculos que los acompañan se tensan. Además, la mente percibe este nuevo acontecimiento físico, generando más preocupación y ansiedad, lo que sostiene la tensión neuromuscular en el tiempo.

Finalmente, sin saber cómo eludirla, la persona se enfrenta al agotamiento, al ataque cardíaco y, en ocasiones, a la muerte en edad temprana.

El Yoga distiende el cuerpo y la mente

En ocasiones, la tensión mental desencadena malestares físicos insospechados. Por ejemplo, el intenso dolor que sintió una mujer ante una ruptura sentimental, hizo mella en su organismo produciéndole una alergia hacia los gatos. Ella soportó la enfermedad durante años. Al cabo, tomó contacto con las prácticas del Yoga y su alergia desapareció por completo. Concretamente, se curó al repetir ejercicios de relajación y respiración durante algunas semanas.  

La mente contra el cuerpo en los hipocondríacos

El caso siguiente fue uno entre tantos otros que ocurrieron casi de manera simultánea en Estados Unidos. Todo comenzó con un ataque cardíaco que padeció el entonces presidente Eisenhower. En consecuencia, las revistas publicaron artículos sobre el órgano, el resto del sistema circulatorio y sus posibles afecciones.

¿Enfermo de la coronaria?

Días después del episodio del presidente un hombre sintió algo de dolor en el pecho. Y supuso que podría caer muerto de un momento a otro. De inmediato, acudió a un centro asistencial. Su médico indicó que le hicieran un electrocardiograma. Al cabo, ciertas variaciones en el estudio, llevaron al médico a confirmar los temores previos del paciente.

En realidad, se trataba de una persona sana que fue mal diagnosticada. En efecto, si el médico hubiera empleado un fluoroscopio para estudiar la condición cardíaca de esa persona habría contado con un marco de referencia más profundo y preciso.

El hombre que había recibido el diagnóstico erróneo era hipocondríaco. Poco tiempo después la sugestión terminó provocándole una enfermedad coronaria real.

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Mario Daniel Casas