Mario Daniel Casas

La segunda guerra mundial y el gran error de Hitler


SEGUNDA GUERRA MUNDIAL

La segunda guerra mundial también contó con una Alemania que se veía en la necesidad de emplear una ofensiva veloz.

La Segunda Guerra Mundial comenzó con la ofensiva alemana

Debieron repetir esa estrategia porque los recursos de sus posibles enemigos eran superiores a los suyos. Por su parte, Gran Bretaña planeó una guerra extendida en el tiempo, por aquello de su ventaja en recursos.

Los japoneses evitaron el enfrentamiento con británicos y franceses entre 1939 y 1940 y un choque contra los rusos a partir de 1941. A partir de diciembre de 1941 Japón enfrentó a Estados Unidos. Los norteamericanos contaban con mayores recursos, por lo que su victoria se hallaba asegurada desde el principio de las hostilidades.

Alemania empezó con resultados positivos: Primero, en sólo 20 días, invadió, aplastó y se repartió Polonia con los rusos. Luego, se enfrentó con Francia y con Gran Bretaña. Pocos meses más tarde, venció y ocupó a Noruega, Dinamarca, Países Bajos, Bélgica y Francia. Solamente Gran Bretaña podía enfrentar a Alemania con su coalición de fuerzas nacionales liderada por Winston Churchill.

Italia eligió ese estado de cosas para dejar de lado su neutralidad y apoyar al bando alemán.

Las hostilidades a escala masiva en Europa habían terminado. Alemania no podía atacar Gran Bretaña porque el mar y la Royal Air Force se lo impedían. Por su parte, los británicos no tenían la fortaleza necesaria para desembarcar en el continente y derrotar a los alemanes. Entre 1940 y 1941 los británicos asumieron la resistencia en solitario, lo que se constituyó en un periodo heroico de su historia. En junio de 1940 el programa de rearme de los Estados Unidos cortaba el suministro de armas a Gran Bretaña. El suelo británico era considerado como una base defensiva avanzada de los norteamericanos.

Formación de un nuevo mapa europeo

Mientras tanto, la segunda guerra mundial ocasionaba que el mapa europeo volviera a reconstituirse. Rusia, con la venia de Alemania, recuperó los territorios perdidos en 1918 y Finlandia. Cabe aclarar que la restitución mencionada no incluía las partes de Polonia que Alemania se había apropiado. Los alemanes, como era de esperarse, conquistaron los Balcanes y las islas de Grecia, atravesaron el Mediterráneo e incursionaron en África. En esos momentos, se avizoraba que los italianos perderían su imperio africano ante los británicos, los que lanzaban su ofensiva desde su base principal en Egipto. El ejército alemán desplegado en ese continente, que era comandado por Erwin Rommel, llegó a constituir una seria amenaza para la posición británica en Medio Oriente.

La invasión a Rusia

El 22 de junio de 1941 Hitler cometió uno de sus peores errores en la contienda: invadió Rusia. Fue una determinación alocada porque obligaba a los alemanes a luchar en dos frentes. Pero su audacia y su ataque veloz, sumados a la débil condición del ejército rojo permitieron que el ejército alemán avanzara rápidamente y llegara hasta las afueras de Moscú a principios de octubre.

El gran objetivo que persiguió Hitler con la invasión a Rusia fue el de establecer un vasto imperio en el este, cuyo territorio podría proporcionarle, tanto una gran cantidad de recursos como mano de obra numerosa y servil.

El avance alemán fue tan contundente que el propio Stalin llegó a sentirse tan desmoralizado que estuvo al borde de firmar un armisticio.

Pero el líder alemán subestimó la capacidad soviética de resistencia. Los rusos lograron superar el mal momento. Y apoyándose en enormes reservas de recursos humanos, patriotismo y un destacado esfuerzo de guerra, derrotaron a los alemanes y ganaron el tiempo que necesitaban sus tropas para organizarse de manera eficaz.

Se arruinan los planes de Hitler para la Segunda Guerra Mundial

Los planes que Hitler tenía para el este comenzaron a desmoronarse. Alemania no podía sostener muchos meses de guerra porque su equipamiento era escaso. Su producción en materia de aviones y de carros de combate era inferior a lo que producían Gran Bretaña y Rusia, sin contar a la monstruosa capacidad productiva de Estados Unidos. Aun así, los alemanes lanzaron una última gran ofensiva en 1942. Luego de superar el invierno, sus ejércitos penetraron profundamente en el Cáucaso y en el tramo inferior el Volga.

Pero los ejércitos germanos fueron rodeados, acosados y obligados a rendirse en Stalingrado entre el verano de 1942 y marzo de 1943.

Los rusos avanzaron sin encontrar oposiciones de importancia, arribando a Berlín, Praga y Viena hacia el final de la guerra.

Desde la batalla de Stalingrado la derrota alemana en la segunda guerra mundial ya se vislumbraba como segura.

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Mario Daniel Casas