Mario Daniel Casas

Palabra – 6


PALABRA

Cuando escribes, estás utilizando un rompecabezas mágico que ofrece infinitas soluciones. Cada palabra es una pieza. A pesar de que estas partes poseen, por separado, determinados significados y funciones al armar un texto las impregnas con pensamientos, intenciones y con tu propia magia.

Además, las palabras, por sí mismas, encierran múltiples sentidos y sugieren otras palabras.

La palabra posee poderes sorprendentes

Un ejercicio que te proporcionará resultados interesantes es el de escribir libremente, sin objetivos, dejándote llevar por el fluir de tus pensamientos. Así, encontrarás ideas que te asombrarán. Si te entrenas en distintas maneras de ensamblar palabras o de inventarlas obtendrás una fuente rápida e inagotable de ideas.

A buscar la exactitud de la palabra

Los escritores sumamos puntos con cada palabra que utilizamos. Por lo tanto, si no elegimos las palabras que más se ajustan a lo que deseamos expresar nuestros lectores nos restarán tantos puntos como palabras imprecisas usemos.

En la práctica, un diccionario de sinónimos se convierte en un nuestro gran aliado.

Te mostraré algunos ejemplos para ilustrar el concepto:

Necesité “guardar” mis abrigos en el ropero. (en lugar de “conservar”)

Es necesario “conservar” la carne en la heladera. (en lugar de “guardar”)

El agua potable debe ser “insípida”. (en lugar de “sosa”)

Hoy cociné una sopa “sosa”. (en lugar de “insípida”)

Encontrando la punta del ovillo

Cada palabra puede originar una historia. Pero también, es cierto que existen palabras que pueden encender la chispa creativa en unas personas y en otras no tanto. Pero todas las palabras tienen la facultad de conducirnos hacia un recuerdo, hacia una sensación, hacia una situación imaginaria. Nos producen un efecto que se multiplica cuando empleamos no una sino dos palabras que no guardan una relación obvia entre sí.

Te propongo el siguiente ejercicio para despertar tu imaginación y creatividad:

1-Escribe una lista de 10 sustantivos.

2-A su lado escribe un adjetivo que le corresponda a cada sustantivo

  (Por ejemplo: cara———arrugada)

3-Une cada sustantivo con un adjetivo que no se encuentre en el mismo renglón

   Puede resultarte algo como esto:

                          cara——-nublada

                          tarde——arrugada

El método asociativo

Una palabra cualquiera desata en la mente del escritor un conjunto de asociaciones complejas. Por esta razón, al momento de redactar un texto, el escritor se beneficia con este procedimiento. Sin embargo, la manera en que lo llevarás a cabo es muy sencilla: Sólo necesitas una hoja en blanco. En su centro, escribirás una palabra que quieras desarrollar para partir de ésta. Seguidamente, asociarás todas las palabras que puedas, sin límite de tiempo. Cuando hayas terminado encontrarás detalles que no hubieras imaginado, los cuales te impulsarán a desarrollar otros aspectos del tema principal.

Ejemplo:

Mi palabra central es “locutor” para la cual encontré las siguientes relaciones:

Relación de sujeto: Voz en off

De acción: Leer

Semejanza sonora: actor, vapor

Otro género: locutora

Diminutivo: locutorcito

Lugar o espacio: radio, televisión  

Te sugiero que hagas un campo asociativo lo más amplio posible.

Inventando palabras y sus significados

Una vía directa para ingresar al terreno de la ficción es el método de inventar significados para palabras imaginarias. Para realizar esta práctica unirás dos o tres sílabas de una palabra existente con otras dos o tres de otra palabra. Así obtendrás una nueva.

Ahora que la tienes dejarás a tu mente que trabaje en ella, que la explore, que active la incomparable base de datos que reside en tu memoria, que reaccione, que encuentre semejanzas, etc. Y, de tal maraña de acciones que la nueva palabra provoque en tu mente, extraerás uno o más significados ficticios.

Ejemplo:

1 otorrinolaringólogo.     Elijo: otorri 

2 camuflaje                     Elijo:  flaje

Resulta: otorriflaje

Los significados que le adjudico:

1 Dícese de ciertas caretas que solían usarse en las fiestas de disfraces de la Edad Media. Ciertamente, exageraban la nariz y las orejas con la finalidad de simbolizar masculinidad.

2 Unidad de medida nutricional inventada por una tribu ancestral extraterrestre . Parece que equivalía a ocho orejas de humanos abducidos mientras se hallaban dormidos.

Sus investigaciones de calidad precedentes indicaban, así mismo que las orejas de humanos dormidos eran más sabrosas que aquellas que se cercenaban a los humanos hallándose éstos despiertos.

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Mario Daniel Casas