
Cuando alguien se demuestra nervioso, preocupado o deprimido sus familiares o amigos le dicen que se tranquilice, que busque la relajación. Cómo consejo o cómo intención ese pedido es muy bueno. Pero, ¿cómo se hace? La persona que no practica Yoga puede indicarle a otra que busque sosiego, pero, por lo general, es incapaz de explicarle de qué manera podría lograrlo.
Las técnicas que aporta el Yoga
Quien se encuentra inmerso en tal estado de tensión no desconoce lo que le sucede e intenta serenarse sin éxito, lo que no hace más que aumentarle su grado de nerviosismo. De esta manera, quien fuma, enciende un cigarrillo tras otro; quien bebe, llena su vaso permanentemente.
Ante la ausencia de la relajación
Los estados de tensión, cuando se vuelven habituales, suelen confundir a la mente de tal manera que le impiden a la persona encontrar lo que busca, aunque lo tenga ante sus narices.
Cuando persigue la calma y no la alcanza, la persona fuerza sus capacidades de trabajo hasta que sufre un colapso nervioso. La vida veloz del hombre moderno se torna muy peligrosa para su sistema nervioso. Este ritmo alocado de la vida explica la neurastenia, el insomnio, el estreñimiento, la indigestión, los dolores de cabeza y un sinnúmero de padecimientos derivados de la falta de relajamiento y de paz.
Origen de enfermedades
Las enfermedades corporales, con frecuencia, se originan en la falta de sosiego mental. La estadística, entonces, está demostrando que no basta con tratar solamente la enfermedad corporal, que también debe tratarse la mente. Este nuevo concepto de la enfermedad es una concepción psicosomática de la medicina. De tal manera y sin ir más lejos, úlceras y artritis pueden tener su punto de partida en estados mentales derivados de conflictos emocionales. Éstos pueden ser el miedo, la envidia, la ira, los celos, etc.
Cuando los habitantes de las ciudades están sometidos a una presión constante, pasa con frecuencia que envejecen prematuramente, o se debilitan, o presentan trastornos nerviosos o sienten que sus vidas no tienen sentido o les aterra la idea de morir. Si se observan los rostros de las personas que caminan por la calle se verán hombres tensos, ansiosos, que presentan gestos de preocupación, sacudiendo la cabeza, hablando consigo mismos, frunciendo el ceño. Se advierte a las personas irritadas, que se enojan por tonterías, por haber sido detenidos por un semáforo en rojo, por un atascamiento de tránsito. La vibración de la alegría se encuentra ausente casi por completo. Se adivina el reinado de una tensión intolerable.
Lo expuesto justifica la importancia que adquiere la relajación en la vida del ser humano. Todos debieran conocer la técnica para alcanzar el sosiego corporal y mental.
La relajación y el Yoga
La enseñanza del Yoga se ha ocupado desde siempre en brindar la relajación al cuerpo y a la mente. Los yogis fueron, quizás, los primeros en entender que no puede alcanzarse la iluminación espiritual cuando la persona no tiene su mente en paz y cuando sus músculos se hallan tensos. Sin ir más lejos, las meditaciones requieren una acentuada paz mental para lograrse.
Ante el obstáculo que suponen los estados de tensión, los yogis crearon determinados ejercicios para apaciguar la mente y para relajar los músculos. Tales ejercicios le ayudan al hombre a dominar tanto sus pensamientos y emociones como a aflojar articulaciones y musculatura. La práctica cotidiana de estos ejercicios simples de relajación le dan la libertad al ser humano de desconectarse a voluntad de los pensamientos molestos y dañinos.
Las posturas corporales que enseña en Yoga son, por sí mismas, calmantes para la mente. El efecto relajante único que ofrece la postura del Loto la convierte en la preferida a la hora de practicar la meditación y la concentración.
Influencia mutua
Se ha comprobado que una postura física produce un efecto específico en la mente y que también un estado mental puede provocar una postura física determinada. Siguiendo con esta idea, es posible suprimir inmediatamente un estado depresivo con el ejercicio de la natación. Y un ejemplo contrario, es decir, de la mente influyendo sobre la postura del cuerpo sería el de una persona que se encuentra relajada sobre un sofá e inmediatamente se pone de pié al escuchar por la radio que la nafta aumentó un 27%.
Recuperación del Prana
El músculo que no ejerce trabajo casi no descarga electricidad. En general, cuando todo el cuerpo está relajado, en descanso, casi no se verifica en éste un desgaste de energía vital, que en Yoga se denomina Prana.
Los yogis, observando la naturaleza, descubrieron que los tigres y las panteras tenían una asombrosa capacidad para relajarse. También se relaja un gato al estirarse y bostezar (excelente ejercicio de relajación) y su cuerpo queda como muerto cuando descansa. Y supieron que estirarse tumbado en un diván o en el piso, imitando al gato en eso de aflojar todos los músculos, constituye una práctica muy beneficiosa.
Unos cuantos minutos de esta práctica pueden hacer maravillas por un cuerpo cansado que necesita recuperar energía rápidamente.
Técnica de relajación
Si bien lo anteriormente descripto es de mucha utilidad, la técnica de relajación le ofrecerá resultados sorprendentes:
Antes de empezar quítese los zapatos, afloje su cinturón y el nudo de la corbata. No se olvide de quitarse las gafas, si es que las lleva puestas.
Ahora sí, acuéstese en el suelo y estírese.
Coloque los brazos por encima de su cabeza y estire las piernas, tratando que el cuerpo se tensione todo lo posible.
Ahora lleve las manos hacia adelante, ubíquelas a los costados de su cuerpo y afloje todo su cuerpo.
Cierre los ojos y visualice, desde la punta de sus pies, y vea cómo luego también sus piernas y muslos se van sumergiendo lentamente en agua tibia y relajante.
Todos sus músculos se van aflojando y relajando.
Después, va relajando poco a poco, primero su columna vertebral, luego la espalda y luego los hombros.
Ahora va relajando sus brazos, después relaja poco a poco las manos y los dedos.
Y, finalmente, deje caer su barbilla y note que también se van relajando los músculos de su cara.
Ahora sienta cómo su cuerpo se hace más y más pesado.
Ahora se pone tan pesado que se hunde en la alfombra.
Usted ya no siente el peso de su cuerpo.
Y por último…
Conserve ese maravilloso estado durante algunos minutos, relajado del todo y totalmente cómodo.
Ahora imagine que usted se ha transformado en una nube, una nube muy, muy liviana y libre, que flota en el infinito cielo azul.
Luego de unos minutos puede abandonar esa imagen.
Ahora intente vaciar su mente de todo pensamiento, pero no se incomode si van surgiendo otros pensamientos.
Déjelos que pasen.
Imagine que esos pensamientos se sumergen en las corrientes del olvido.
Manteniendo los ojos cerrados levante hacia arriba los globos oculares y luego bájelos.
Ahora se está sintiendo relajado, tranquilo, como una nube muy liviana que viaja suavemente en el espacio.
Antes de levantarse permítase estirarse y bostezar.
Gire hacia su costado derecho y arquee la espalda.
Ahora gire sobre el costado izquierdo y haga lo mismo.
Estírese de nuevo.
Quédese en esa relajación, disfrútela por un momento.
Ahora siéntese, estírese, bostece y, suavemente, póngase de pie (nunca lo haga de un salto)
Si repite esta experiencia todos los días logrará derrotar a la tensión que perjudica su salud y alejará de usted las preocupaciones que no lo dejan en paz.
Relájese. Este es el secreto de una vida sana y de bienestar.
Relajación: esa es la clave para reordenar el prana de su mente y de su cuerpo.
Mario Daniel Casas