
Se aproxima el final de la Segunda Guerra Mundial. Las Potencias del Eje no desconocían que su derrota era inminente.
Resistencia hasta el final
Pero la rendición no estaba entre sus planes. La resistencia de los alemanes en el oeste no se superó de manera sencilla, ni siquiera cuando las fuerzas de los aliados desembarcaron en Europa en junio de 1944.
Alemania mostraba una mayor cohesión en torno a la figura de Hitler que en 1918. Sólo los generales en los que se centraba el poder militar prusiano conspiraron para acelerar la caída de Hitler en julio de 1944. Dicho núcleo tenía un perfil de patriotismo racional y se oponía a la Götemdämmerung, una corriente ideológica mayoritaria, totalmente alineada al pensamiento de su líder. Ésta, terminaría conduciendo a Alemania hacia su completa destrucción. Los conspiradores fueron descubiertos y asesinados en masa.
En el este, en tanto, Japón se empecinaba a luchar hasta último momento con una férrea voluntad. Este escenario también motivó a Estados Unidos a utilizar armas nucleares en Hiroshima y en Nagasaki. La idea era la de acelerar la rendición nipona.
El bando victorioso obtuvo una victoria total y obligó a que la rendición del enemigo tuviera el carácter de incondicional.
Tratados posguerra
Los países vencidos fueron ocupados por completo. En esta situación, los vencedores no reconocían autoridades representativas de los derrotados Alemania y Japón con los cuales firmar tratados de paz oficiales.
Entre 1943 y 1945 Estados Unidos, la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y Gran Bretaña desarrollaron reuniones con el fin de repartirse los despojos obtenidos por la victoria. Intentaron establecer el tenor de las relaciones mutuas, para el periodo de posguerra, en diversas ocasiones y lugares: Teherán en 1943, Moscú en 1944, Crimea en 1945 y en Potsdam, Alemania, en 1945.
Pero no obtuvieron resultados óptimos. Lo que sí alcanzó el éxito fue el establecimiento de un marco general regulatorio en materia política y económica entre los estados. También se logró sentar las bases de las Naciones Unidas.
Italia, en tanto, si bien fue derrotado no fue totalmente ocupado. Su gobierno fue reconocido porque los aliados no lograron expulsar a los alemanes, ni al movimiento “república social”, fascismo liderado por Mussolini, del norte italiano por espacio de dos años.
La segunda guerra global tambiés es una lucha por la supervivencia
Para las alianzas en pugna se trataba de una guerra de ideologías. Pero también estaba en juego la supervivencia de casi todos países involucrados. Esta aseveración se ejemplifica con los casos de Polonia, las porciones ocupadas de la Unión Soviética y el destino de los judíos. El exterminio de los mismos dejaba atónito al mundo entero. Ser derrotados por el régimen nacional socialista de Alemania implicaba la esclavitud y la muerte. Ese fue el motivo que llevó la guerra hasta sus últimas consecuencias.
Las pérdidas ocasionadas por la Segunda Guerra Mundial
Las pérdidas que quedaron como saldo de la guerra son incalculables. Murieron tantos civiles como militares. Las matanzas más significativas ocurrieron en lugares donde no había modo de registrarlas.
Sólo puede estimarse que las muertes causadas por el conflicto bélico mundial fueron de tres a cinco veces mayores que las provocadas por la Primera Guerra Mundial.
Se perdió entre el 10 y el 20% de la población total de la Unión Soviética, Polonia y Yugoslavia. También dejó de existir entre el 4 y el 6% de la población de Alemania, Italia, Austria, Hungría, Japón y China.
Impulsados por la gran cantidad de bajas que sufrieron en el transcurso de la Primera Guerra, tras la segunda guerra mundial Francia y Gran Bretaña lamentaron una cantidad menor de muertos (La cifra puede hallarse alrededor del 1% de la población. En Estados Unidos, quizás, el número de bajas fue algo mayor.
Las estimaciones de las bajas en tierras soviéticas oscilan entre los 7 y los 30 millones de personas.
Originalmente, las víctimas del exterminio judío se estimaron en 6 millones de seres humanos.
En el asedio de los alemanes a Leningrado durante 900 días (1941-1944) pudieron haberse perdido alrededor de un millón de vidas por hambre y agotamiento.
Se dice, además, que de los 5.700.000 prisioneros de guerra rusos en Alemania murieron 3.300.000 durante el cautiverio.
Durante la segunda guerra mundial fallecieron más hombres que mujeres
Lo que se conoce a ciencia cierta es que por causa de la guerra fallecieron más hombres que mujeres. Sólo por dar un ejemplo, en la Unión Soviética, en el año 1959, por cada siete mujeres entre los 35 y los 50 años de edad, había nada más que cuatro hombres en esa franja etárea.
La guerra llegó a su fín. Y la colosal reconstrucción material que debió emprenderse fue mucho más fácil que la reparación de lo humano. La segunda guerra mundial escribió otra página sangrienta y triste en la historia de la humanidad.
Mario Daniel Casas