
En términos del presente taller de escritura creativa, si puedes imaginar puedes escribir. Es tu tarea como escritor imaginar lo que ocurre en determinado momento y lugar, sea detrás de una puerta o más allá de este planeta. Será tu función la de inventar personajes y adosarles una batería de sentimientos, diferentes maneras de pensar y un conjunto de costumbres. Si sabes imaginar entiendes que un objeto o ser vivo es poseedor de una realidad pero que también podrías adjudicarles los beneficios o los perjuicios de lo que tu mente genere para ellos.
Explorando la imaginación en el taller de escritura creativa
La buena literatura no depende tanto de la razón como de la imaginación.
Acabo de imaginar esta frase: Escribir es usar las palabras como herramientas para aprovechar el material invisible de la imaginación transformándolo en un objeto tangible, valioso y eterno.
Ejercita tu imaginación
La imaginación te permite convertirte en lo que quieras. Un modo por el que abrirás tu mente hacia la escritura será convertirte en otra persona, en un objeto, en un animal, en un paisaje, etc.
Puedes ser la bocina de un auto, transformarte en pájaro o en Súperman. O puedes ser un hombre que ha llegado al aeropuerto tomando de la mano a su hijo para mostrarle el aterrizaje y el despegue de los aviones. O caminar por las calles de un pequeño pueblo desconocido, entrar en una de sus casas y ver lo que hay y lo que sucede en ella.
Entras a un quirófano y ves un conjunto de instrumental quirúrgico sobre una mesa de acero inoxidable: imagina para qué se utiliza cada cosa. Imagina que apareces junto a un presidente que se encuentra en reunión privada con sus ministros. Nadie advierte tu presencia. Escuchas las órdenes que les imparte a sus ministros.
Te sugiero que imagines de manera variada entre cosas, animales y seres humanos. Mientras más imagines en el mismo tiempo más poderosa será cada una.
La conjetura creativa
Conjeturar es una excelente manera de entrenar la imaginación y la creatividad.
Dos maneras de conjeturar, según el taller de escritura creativa:
1 Como actividad independiente
Frente a un hecho en particular propone diferentes conjeturas.
Parte, por ejemplo, de una situación como ésta:
El autobús reduce su velocidad al atravesar un tramo de ruta rodeado de vegetación cerrada.
Posibles conjeturas:
1 Una plaga de langostas dificulta la visión del conductor.
2 Una banda de delincuentes escondida en la maleza acecha al autobús.
3 La vegetación es cada vez más tupida y amenaza con “comerse” al autobús.
4 El conductor quiere que los pasajeros admiren la vista.
5 El conductor se ha dormido.
Como puedes apreciar cada conjetura te conduce a un tipo diferente de narración:
1 Ciencia ficción.
2 Narración de aventura.
3 Narración fantástica.
4 Narración realista-bucólica.
5 Narración sobre el mundo de los sueños.
2 Sumergirse en algo o en alguien y luego conjeturar
Puedes hacerlo en un lugar donde te encuentres. Por ejemplo, te encuentras en una estación de trenes y observas que un padre lleva en brazos a su hijo y que lo aprieta contra su pecho
Primer paso: Tú eres ese padre.
Segundo paso: Generas una serie de conjeturas. Te brindo varios ejemplos en los que faltan tus respuestas personales o conjeturas:
1 ¿Por qué lo aprietas?
2 ¿Adónde lo llevas?
3 ¿Estarás divorciado?
4 ¿Serás extranjero?
Te sugiero que elijas una pequeña situación que ocurra a tu alrededor y que anotes la mayor cantidad posible de conjeturas sobre ella. Te servirá como materia prima muy aprovechable para un futuro texto.
Practica ver las cosas de manera real e imaginaria
La visión imaginaria es aquella que nos permite ver otras formas en aquello que vemos de forma real. Por ejemplo, una nube podría ser el rostro de Cristo; una flor, un teclado de piano; una mancha de tinta sobre un papel doblado, dos hermanos o una mariposa, etc.
La literatura universal guarda un ejemplo famoso de utilización de esta suerte de visión doble: se trata de Cervantes y de su personaje Don Quijote. He aquí un fragmento de su obra magistral que te muestro como ejemplo:
“- ¿Qué gigantes? – Dijo Sancho Panza.
-Aquellos que allí ves- Respondió su amo- de brazos largos, que los suelen tener algunos de casi dos leguas.
-Mire vuesa merced- Respondió Sancho- que aquellos que allí se parecen no son gigantes, sino molinos de viento, y lo que en ellos parecen brazos son la aspas, que, volteadas al viento, hacen andar la piedra del molino.
-Bien parece- respondió Don Quijote, que no estás cursado en esto de las aventuras: ellos son gigantes; y si tienes miedo, quítate de ahí, y ponte en oración en el espacio que yo voy a entrar con ellos en fiera y desigual batalla.”
Lo que hace Don Quijote en su convencimiento es un gran método para imaginar.
Te sugiero que eches unas gotas de tinta sobre un papel y que lo dobles sobre ésta. Cuando lo abras verás una mancha de formas caprichosa. Déjate llevar por la imaginación y anota todas las similitudes de esa mancha con cosas o personas del mundo real. Anota todo.
Podría decirse que el taller de escritura creativa le aporta técnica a tu imaginación.
Mario Daniel Casas